Carta a un amor que transforma.

Mi amor.

En la vida, nos encontramos con diferentes almas que iluminan nuestro camino o, en ocasiones, apagan la luz que llevamos dentro. A medida que me acerco a los 30 años, reflexiono sobre el significado de dejar atrás un amor, sobre cómo las experiencias han transformado el dolor de los veinte en un proceso de crecimiento y renovación.

Hoy me siento inspirada a escribirte esta carta, no como una despedida amarga, sino como un acto de liberación y renacimiento. Atrás quedan los días en que el adiós significaba dolor agudo; ahora, entiendo que dejar ir es un paso necesario para permitir que nuevas energías fluyan en mi vida.

Nuestra historia comenzó de manera casual, dos almas solitarias que se cruzaron y decidieron caminar juntas. Sin embargo, conforme el tiempo avanzaba, comprendimos que la compañía no siempre es sinónimo de conexión y que, a veces, el destino nos coloca junto a personas que nos ayudan a crecer de maneras inesperadas.

Aunque nos encontrábamos en caminos distintos, decidimos recorrer juntos un trecho de nuestro viaje. Nuestra unión, impulsada por la soledad compartida, se volvió un refugio temporal en el que encontramos consuelo mutuo. Sin embargo, como ocurre a veces en la vida, nos dimos cuenta de que la compañía no siempre garantiza la conexión profunda que anhelamos.

Este adiós no lleva consigo reproches, sino una aceptación serena de que ambos merecemos seguir nuestro propio camino hacia la plenitud individual. A medida que nos despedimos, quiero agradecerte por ser mi héroe en ese capítulo de mi vida, por las risas compartidas y por la seguridad que me brindaste cuando más lo necesitaba.

Llego a los 30 años con la certeza de que cada experiencia, cada encuentro, forma parte de mi crecimiento. Nuestra historia es un capítulo valioso en mi libro de vida, pero ahora es momento de girar la página y abrirme a nuevas oportunidades y aprendizajes.

Que la vida te guíe hacia nuevos horizontes, y que encuentres en el camino la felicidad y el éxito que mereces. Llevaré conmigo los recuerdos de nuestro tiempo juntos como un tesoro en mi corazón, agradecida por lo que fuiste y lo que me permitiste ser.

Con amor y gratitud eterna,

Lucecitas

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